Esta vez decidí hacerle algunas preguntas al Padre Carlos Montero, Sacerdote Jesuita (SJ), para averiguar algunas cosas sobre su vocación y su decisión de ser SJ. Sin más preámbulos, he aquí la entrevista:• ¿Por qué quiso usted ser Sacerdote Jesuita?
En primer lugar, porque yo sentí que el señor me llamaba. Un día yo estaba rezando en un retiro espiritual y ofreciéndole al señor mi proyecto de vida, y sentí que Él me decía con una voz interior: "Sacerdote". Ante ese llamado yo me corrí mucho tiempo porque no quería ser Cura, pero con el tiempo, me fui dando cuenta de que ese era mi camino, porque esto era lo que más me dejaba contento, lo que más me dejaba feliz. Respecto a la orden, yo nunca pensé en otra cosa que no fueran los jesuitas porque el colegio donde yo estudié, era Jesuita. Conocía a los Jesuitas, me gustaba su tarea y su estilo.
• ¿A qué edad entró usted a la Orden Jesuita?
A los 26 años. Yo estudié derecho 5 Años, me estaba corriendo de la idea de ser Sacerdote, como te conté, entonces yo entré un poco crecido. Pero te aseguro que yo nunca me he arrepentido de ser Sacerdote Jesuita.
• ¿Cómo cambió su vida desde que se ordenó Sacerdote?
Cambió, en cuanto a que me dediqué por entero a lo que el Señor me estaba pidiendo, pude comenzar a conocer más a Jesús, trabajar con los jóvenes, especialmente con los del colegio San Ignacio de El Bosque (Santiago), y empezar a rezar plenamente la mayor parte del día.
• ¿Está feliz con lo que ha hecho durante el tiempo que lleva en la Orden?
Por supuesto, muy contento, y lo que más me alegra es haber estado trabajando constantemente tanto con jóvenes de Santiago como de Valparaíso, porque el futuro de nuestro país son ustedes, los jóvenes.
• ¿Qué piensa sobre la Juventud Cristiana?
Yo creo que hay jóvenes muy entusiastas, pero a veces muy poco perseverantes. Se cierran por un tiempo, por una cosa puntual, y después guatean. Otros no, son más perseverantes y espontáneos, luchan por lo que quieren, les gusta tener un encuentro más personal con Dios, y otros que no se comunican mucho con Él, no necesariamente porque no quieren, si no porque se les hace más difícil.
Por Franco Sanguineti, 7ºB
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